
He aquí la tercera entrega del mercenario bocazas, ésta vez bajo el mecenazgo de Disney...se mascaba la tragedia...pero no. Ya no está Tim Miller ( Deadpool, Terminator: Dark Fate, LOVE, Death and Robots). Tampoco David Leitch ( Deadpool 2, Bullet Train, El especialista), y asume la dirección el poco frecuentable Shawn Levy ( Doce en casa, Noche en el museo), que ya había trabajado con Ryan Reynolds ( que colabora en el guión) en Free Guy, y con Hugh Jackman en Acero Puro. Poco importa. Aquí tenemos la Buddy movie definitiva. Una gamberrada políticamente incorrecta, que defeca en el MCU, en la fiebre woke, en el feminismo oportunista, el mensaje racial porque si, el inane multiverso marveliano cinemático, las adaptaciones fallidas, la ausencia de inspiración y sentido del ridículo del MCU y a todo el que se ponga por delante... desde Henry Cavill hasta...Channing Tatum. Un azote de autocrítica inesperado, a la par que una carta de amor a la FOX ( esos créditos finales) y a toda la producción pre-MCU...digámoslo claro, infinitamente superior a todo lo que vino después.
Patadon en la boca al insaciable ( y sorprendente cómplice) Kevin Feige, el film está repleto de guiños; desde John Byrne hasta todas las etapas de Lobezno. Wade se autoproclama el Jesucristo de la Marvel, y Logan ha de redimirse. La química funciona, en una misión al ritmo de Back in Time, de Huey Lewis, con duelo de la pareja ( uno de tantos ) al son del Hell Bells de ACDC, o clímax salvador ( en todos los sentidos) cuyo fondo sonoro es el Like a Prayer, de Madonna .
La misión es evitar el control del tiempo por el personaje de Emma Corrin, hermana del Profesor X y líder del Vacío, páramo a lo Mad Max, donde van a parar los que salieron mal ( atención al festival de cameos), empresa encomendada por Matthew McFayden, alto cargo de la policía temporal o así ( lo explican en la serie de Loki, pero no pasé del piloto). A partir de ahí el lenguaje soez, las hostias con hemoglobina, las reapariciones de los " fallidos" o las interminables referencias, se mezclan con la nostalgia, la reivindicación de un pasado glorioso, los traumas de nuestra pareja de mutis favorita o la autoironia de y contra Marvel Studios. Divertida y emotiva a la par, muchos no pillarán esta sátira sangrante ( en todos los sentidos) que sirve de escoba de una década de mediocridad. El verdadero amante de los cómics, ajeno a los atentados audiovisuales, disfrutará con éste relato metaficcional, que se rie del fandom service...con mas fandom service.
Imposible analizar más sin destripar las mil y una sorpresas de, posiblemente, el blockbuster del verano... inteligente, entretenido, hooligan, y nada infantil.
Para mentes abiertas, elocuentes, con sentido del humor adulto, que amen" desgarrar el tiempo" con conocimiento de causa.
Todo un homenaje a los días de ese futuro pasado que ya no volverá...
Lo mejor de la churrería desde Soldado de Invierno..
Se tenía que decir y se dijo!.
Adrián Gómez Alonso
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