Reseña de "Los pecadores" por Adrián Gómez
- Tenebris
- 19 may
- 2 Min. de lectura

Ryan Coogler se supera a si mismo, tras los dos desastres patentados para el universo cinemático de Marvel (destrozando, de paso, a dos excelentes personajes de la casa de las ideas, Black Panther y The Submariner), en un American Gothic, entre el Blaxploitation y el cine gangsteril. El western y el terror. El Blues y el Folk ( Irlandés). Con un planteamiento casi Carpenteriano, Craig Zahler se da la mano con Jordan Peele, entre campos de algodón y colmillos afilados. Entre dientes de ajo y de oro. La música de raices se abre pasa entre rios de sangre. En tiempos de la ley seca, dos hermanos gemelos, interpretados por su actor fetiche, Michael B. Jordan , desde los tiempos de Fruitvale Station, planean montar un club nocturno en Lousiana, mientras un joven Bluesman escapa con su dobro de la iglesia, renegando del Gospel y abrazando la música del diablo. Es primo de Smoke y Stack ( todo un guiño al himno Smokestack Lightning, standard del género musical bluesero donde los haya), nuestro dúo protagonista fraternal, que tambien fichan al viejo harmonicista Slim (un recuperado Delroy Lindo), inaguran el local una noche de especial, con luna pálida, tras respectivos reencuentros con anteriores parejas; la hechicera vudú Annie (Wommie Mosaku) y la despechada Annie ( una crecida Haillie Stanfield, que ha dejado atrás los tiempos de Valor de Ley, El Juego de Ender o Bumblebee). Tras una espléndida presentación de personajes, tan necesaria como en Bone Tomahawk (2015) o Río Bravo (1959), llegan los ukeleles de Remmick (Jack, O, Connell), ofreciendo "compañía y cariño". Se desata la bacanal, la perdición y, sin ser invitados, lo quieren hacer más fácil que el Ku Kux Klan. La reivindicación racial y musical en un espectacular plano secuencia atemporal (en sentido literal), que va desde el R,N,B hasta el Hip Hop, pasando por el Rock, el Rap o el Soul, es un puñetazo sobre la mesa del director de Creed ( 2015), sobre quienes son los verdaderos amos del cotarro. En este aspecto, es de resaltar el buen hacer de Ludwig Goransson ( Tenet, Oppenheimmer, El Mandaloriano, Wakanda Forever), en su brillante sountrack, alternando pasajes sonoros y canción tradicional, sin salirnos del Delta del Mississipi, abandonándolo sólo por los cánticos vampíricos, entre el Bluegrass y el Country. Lo mejor de todo es que el " Mojo" funciona, con cameo final de Buddy Guy incluído!. La noche más larga termina con la redención y un ajuste de cuentas a todos los niveles. El tiempo pasa, pero los " No muertos" son eternos. Igual que los buenos momentos que recordamos antes de pasar a mejor vida...
" Si bailas demasiado tiempo con el diablo, terminas llevándotelo a casa"
De lo mejor en el fantástico en lo que va de año.
Adrián Gómez Alonso
¡Excelente como siempre, Adrián Gómez!