
Conmovedor retrato del mito y del hombre. Del último hijo de Krypton? No cómo esperan. Aquí está el verdadero superhéroe. El activista, el marido, el padre de familia, el actor...y el ser humano.,por encima de todo. El héroe que, desde una silla de ruedas (desde el accidente de equitación, durante la filmación de una película, en 1995) se entregó, en cuerpo y alma, no sólo a su recuperación, sino a la investigación de la regeneración de las células madre. Al frente queda, en nuestros días, la fundación Reeve, ésto es, sus tres hijos, que han llevado a cabo el sueño de su padre. Pero no adelantemos acontecimientos, dado que éste espléndido y algo sentimental (no había otra forma, dado el cariz el tema a tratar) documental, está narrado en dos tiempos: antes y después de la tragedia. Desde los inicios teatrales del joven interprete en el Off Broadway , junto a gente como William Hurt ( quien le aconseja que no se venda a hollywood) o Jeff Daniels , que es uno de los entrevistados, hasta su muy temprana amistad/hermandad con el cómico Robin Williams, pasando por el fichaje para el papel del hombre de acero. Aquí, para el mitómano, el interés se dispara. Desde la millonada que cobró Marlon Brando, hasta los ensayos con Gene Hackman, pasando por el éxito multitudinario de la cinta. Resulta curioso el empeño desmitificador del propio Reeve, en entrevistas de la época, haciendo hincapié en su sentido del humor, sin renunciar a su intensidad romántico- afectiva, primero como Casanova, y luego sentando cabeza con su primera mujer, Gae Axton(que también efectúa declaraciones. Pero es la fallecida Dana la que acapara la atención. Madre y esposa coraje desde el fatídico percance. Así, como si de El PADRINO 2 se tratara, vamos alternando dos corrientes temporales, a lo largo del metraje. Una se detiene en 1987, donde se realiza una panorámica de la saga de Superman, así cómo de otros títulos ( de culto o no ) de su filmografía, cómo En algún lugar del tiempo (1980) o La trampa de la Muerte (1982), aunque se echa en falta para la que para un servidor es su mejor interpretación; El reportero de la calle 42 (1987). Intervenciones de compañer@s y amig@s cómo Glenn Close o Susan Sarandon, completando un fresco emotivo e intimista de un icono intergeneracional, que fue un superhombre que nunca necesitó una capa para volar muy alto...
"USTED CREERÁ QUE UN HOMBRE PUEDE VOLAR" decía la publicidad de 1978...y a fe que lo consiguió..
Adrián Gómez Alonso
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