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"LA GUERRA DE LOS ROHIRRIM" por Adrián Gómez

Foto del escritor: TenebrisTenebris



Llega a los cines la esperada película producida por Peter Jackson (y Cia, Fran Walsh , etc..) ambientada en La Tierra Media. Precuela ambientada en los orígenes de La Marca de Rohan, resulta un relato aventurero disfrutable, que, ciertamente, no adapta ningún escrito Tolkieniano, amparándose en citas de refilón, y los correspondientes apéndices del hijísimo (completados o ampliados, por no decir inventados) Christopher Tolkien. Éste, al igual que Brian Herbert ( hijo de Frank, padre de Dune ) vive del cuento ( literalmente, inconcluso o no), a veces justificadamente, como su labor de compilación, que dio a luz a obras fundamentales cómo El SIlmarillion (1977), antología fundamental sobre los orígenes del universo mitológico de El Señor de los Anillos (1954), que un fan sólo puede soñar con su adaptación audiovisual, pues contiene material de primera ( Beren y Luthien, Túrin Turambar, La Caida de Gondolin, etc..), ya sea en formato televisivo o cinematográfico. Un buen intento (apócrifo, o sea, sin ser traslación de ningún texto original, sino prácticamente un collage-batiburrillo de la Segunda Edad, que funciona a ratos) es la serie de Amazon Los Anillos del Poder (2022-24), que consta hasta ahora de dos temporadas, con críticas divisorias.

Pues aquí tenemos el largometraje de Kenji Kamiyama, historia bélica, tragedia Skakespeariana, y cuasi-Homérica, que narra las aventuras de Héra, en los tiempos de Hammerhand, la enemistad con su amigo de la infancia, Wulf, y el nacimiento del Abismo de Helm (tal cual), con una sucesión de escaramuzas y batallas épicas, durante el asedio, que nos retrotrae a la mejor tradición de la Fantasía Heroíca. Con ciertos momentos de epicidad ( ése rey redivivo, en plena ventisca, aplastando a sus enemigos, por ejemplo), y un soundtrack deudor de Howard Shore ( en su mayor parte), su director, autor de incursiones animadas en los universos de Star Wars y Ghost in the Shell, logra su mejor trabajo desde la excepcional serie Blade Runner: Loto Negro (2021), sabiendo separarse inteligentemente de lo ya conocido ( que constituye su mayor virtud y defecto, a la vez ), con los oportunos Fandom Service ( Esos orcos saqueadores,el cameo de Saruman, o ese final abierto en busca del mago de muchos nombres..) y sorteando el efecto woke (pese a tener fémina guerrera en primera línea de fuego, una especie de Red Sonja atormentada, entre Robert. E. Howard y Hayao Miyazaki). A un servidor, el film le recuerda a clásicos de Espada y Brujería en 2D, cómo  Wizards (1977), ESDLA (1978) o Tygra, Hielo y Fuego (1982), de Ralph Bakshi, sin olvidarme de los intentos de Rankin Bass ( El Hobbit, El Retorno del Rey, El vuelo de los Dragones) o joyas que disfrutábamos en las matinés, como Tarón y el Caldero Mágico (1985), el mejor film de la casa Disney, para el que ésto escribe. Esto, es. Un regreso a los films animados de fantasía, que nos cautivó en los 80. El debate es el siguiente; Es el anime el mejor lenguaje para adaptar a J.R.R Tolkien de nuevo?. Ésta es, al parecer la polémica, pues mucha gente cree que dicha narración hubiera quedado mejor plasmado en Live Action. Quién sabe. Si a partir de ahora tenemos nueva entrega navideña del universo del maestro, cuenten conmigo. El problema es el mismo que con Howard, no tienen los derechos, y se tienen que conformar/limitar a aportaciones adyacentes, respetando siempre el legado literario, pero dónde la inventiva toma el poder, cual anillo único. 

En conclusión, una apuesta perfecta para éstas fiestas, que no sorprende ni emociona, pero despierta ese sentido de la maravilla del género, que últimamente (Honor entre Ladrones o  Damsel el año pasado) disfrutamos a cuentagotas.

Huid a las salas, insensatos!


Adrián Gómez Alonso

 
 
 

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