Reseña de: "28 años después" por Adrián Gómez
- Tenebris
- hace 7 horas
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Danny Boyle (Tumba Abierta, Trainspotting ,Slumdog Millonaire ,127 horas) y Alex Garland ( Ex Machina, Aniquilación, Civil War, Warfare) vuelven a juntar fuerzas tras La Playa, 28 Días Después o Sunshine. Un regreso a la saga de los infectados, casi veinte años más tarde, tras la magnífica entrega de Juan Carlos Fresnadillo (28 Semanas Despues). Descartado el elemento sorpresa de las anteriores, ésta vez la dupla creativa opta por un futuro distópico, donde las islas británicas han quedado aisladas a su suerte, una vez superada la crisis por el resto de Europa. Así las cosas, asistimos a un prólogo Teletubbie, donde se nos narra el origen de uno de los personajes, renegado de los designios del Señor, que conectará directamente con el desconcertante final. Tras este inicio, nos adentramos en una sociedad medieval (con insertos del Ricardo III de Lawrence Olivier) donde el correcto Aaron Taylor Johnson ( Salvajes, Animales Nocturnos) adoctrina a su hijo en el manejo del arco y de la vida. Su madre. enferma y delirante, protagonizada por una sobresaliente Jodie Comer (El último Duelo, Bikeriders), es el hilo conductor del segundo bloque, hasta topar con el Doctor Kelson, un Ralph Fiennes en su salsa, entre John Locke y el Depredador. El viaje iniciático de Spike (que así se llama nuestro adolescente protagónico), está salpicado de un montaje tan apocalíptico como la propia trama, con planos rojo sangre, secuencias videocliperas, inclinaciones imposibles y viñetas en movimiento. Sube la marea pero no nos impide el paso al interior de un film en las antípodas del blockbuster veraniego. Boyle y Garland no van a lo fácil. Conjugan drama (en ocasiones tan emotivo como desgarrador), aventura, terror (no esperen golpes de efecto cómo en las anteriores), y un cierto humor negro, salpicado sonoramente, por el score de Young Fathers, pero tambien por El Crepúsculo de los Dioses,de Wagner, o Delilah de Tom Jones. Así pues, no salimos de la pérfida Albión ( literalmente), pero el film guarda no pocos paralelismos con la otra gran película de género en lo que va de año, la también reseñada Sinners. Y no sólo por la presencia de Jack O, Connell..
El vertiginoso final, chandalero y Targaryen, deja la boca y la franquicia abierta. Todo un sendero impregnado de Alphas, corredores desnudos (nunca Zombies), decepciones paterno-filiales, enfermedades terminales, cráneos y columnas como tributo a una humanidad que ya no existe, con la esperanza de la supervivencia de un cine, dentro y fuera de slas, que ya no se hace. Un Survival fuera de serie, tan sorprenedente como arriesgado.
Adrián Gómez Alonso
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