Reseña de: "El regreso de Ulises" por Adrián Gómez.

Nueva adaptación del clásico Homérico, ésta vez centrado en su segunda mitad. esto es, la llegada de Odiseo a Itaca, irreconocible y envejecido, tras veinte años a la deriva, después de la guerra de Troya. Tras el viaje de vuelta con su tripulación (temática permanente en las traslaciones fílmicas), nos encontramos con la llegada del monarca a las playas de un reino corrompido, con aspirantes matrimoniales y usurpadores, tras las faldas de Penélope y, sobre todo, la corona del desaparecido rey. Sólo Telémaco, vástago de la pareja real, ofrece resistencia, perdida ya la fe en el retorno de su padre. Uberto Pasolini ofrece, quizás, su film más sólido, en las antípodas de la épica de anteriores versiones; desde el Ulises (1954), auspiciado por Dino de Laurentiis, hasta la miniserie de La Odisea (1994), producida por Francis Ford Coppola, y dirigida por Andrei Konchavlovsky. Esta vez la batalla es interior, la perseverancia en mantener el anonimato, ante la supuesta decepción de su pueblo, la recuperación del amor de su esposa, y la venganza contra aquellos que mancillan su honor y ambicionan su trono. A todo ello ayuda una puesta escénica sobria, minimalista, con una iluminación naturalista, acierto fotográfico en su sencillez, que si acaso, vulnera un vestuario básico, y una narrativa casi televisiva. Pero esto es teatro filmado, señores, con un cast entregado, y con un soberbio Ralph Fiennes, excelente actor de excelentes películas (La Lista de Schindler, Días Extraños, El Jardinero Fiel), que repite con una también inspirada Juliette Binoche, tras El Paciente Inglés (1996), en una dupla que supura unas interpretaciones brillantes (ver la escena de su encuentro en la sala contigua de su habitación). Dos horas de puro deleite de trabajo actoral, con un cierre antológico, la bacanal de violencia tras lograr tensar el arco y hacer uso de él. Recomendada, antes de visionar la particular visión de Christopher Nolan el verano que viene. 

Adrián Gómez Alonso