
Brady Corbet, conocido por su enfoque audaz y provocador, nos entrega en "The Brutalist" una obra maestra que trasciende las convenciones del cine biográfico y se erige como un estudio profundo y conmovedor sobre la identidad, el trauma y la búsqueda de pertenencia en el corazón del sueño americano. La película, ambientada en la era dorada de la arquitectura brutalista, sigue los pasos de László Toth, un arquitecto húngaro que huye de la Europa devastada por la Segunda
Desde el primer fotograma, "The Brutalist" nos sumerge en un universo visualmente impactante y emocionalmente cargado. La fotografía de Lol Crawley, con su paleta de colores sombríos y su meticulosa atención al detalle, captura la grandiosidad y la frialdad del brutalismo arquitectónico, creando un paralelismo entre la estructura física y el mundo interior de los personajes. La banda sonora original de Danny Bensi y Saunder Jurriaans complementa a la perfección la narrativa, tejiendo una atmósfera opresiva y melancólica que resuena en el espectador mucho después de que termina la película.
Adrien Brody ofrece una actuación para recordar como László Toth. Su interpretación es un tour de force emocional que transmite la complejidad y la vulnerabilidad de un hombre atormentado por su pasado y dividido entre la ambición y la culpa. Brody encarna la esencia del inmigrante que lucha por encontrar su lugar en un nuevo mundo, pero que también se enfrenta a los fantasmas de su historia personal. Felicity Jones, como Erzebeth , la esposa de László, ofrece una interpretación matizada y conmovedora. Su personaje es una mujer fuerte e independiente que lucha por sus propios sueños y que se niega a ser definida por su papel de esposa y madre, a veces su comportamiento infantil y sus continuas reclamaciones llegan a ser pesadas y termina siendo un personaje que pese a todas sus circunstancias, no terminas de empatizar. Por otro lado, Guy Pearce, como el enigmático mentor de Toth, aporta un magnetismo inquietante que añade una capa de misterio y tensión a la trama y consigue fascinar al espectador con su perfecto perfil narcisista.


"The Brutalist" es mucho más que una película sobre la experiencia de los inmigrantes. Es una reflexión profunda sobre la naturaleza del trauma, la identidad y la búsqueda de pertenencia en un mundo marcado por la violencia y el desarraigo. La película también explora la complejidad de las relaciones humanas, el precio del éxito y la fragilidad del sueño americano.



La película establece un diálogo fascinante con otras obras cinematográficas que abordan temas similares, como "El Padrino II" (1974), "La lista de Schindler" (1993) y "El paciente inglés" (1996). Sin embargo, Corbet logra crear una obra original y personal que trasciende estas referencias, construyendo un universo propio con una voz distintiva. "The Brutalist" es una película exigente que requiere la atención y el compromiso del espectador. Su ritmo pausado y su narrativa fragmentada pueden resultar desafiantes para algunos. Sin embargo, la película recompensa la paciencia con una experiencia cinematográfica rica y conmovedora que invita a la reflexión sobre nuestra propia identidad y nuestro lugar en el mundo.
En definitiva "The Brutalist" es una obra maestra del cine contemporáneo que confirma el talento de Brady Corbet como director y guionista. La película destaca por sus actuaciones sobresalientes, su estética impecable y su profunda reflexión sobre la condición humana. A pesar de su ritmo pausado y su narrativa exigente, "The Brutalist" es una experiencia cinematográfica que merece ser descubierta y apreciada por los amantes del buen cine.
Gara Lacaba Toledo
Comments